De cuando Buenos Aires me enamoraba.
Acaso existe algo más sanguinario y perverso de la modernidad que hacernos perder aquellos espacios de encuentro con algo que nos guste, nos mueva, nos apasione? Justamente viendo el domingo a la noche una película ´´Modern life in rubbish'', en la que sus protagonistas iniciaban su historia de amor en una disquería, allí se encontraron dos fanáticos de la música, de los discos, de ese modo ciertamente más analógico, que inevitablemente llevaba a charlas, puntos de encuentro, lugares comunes, ese mismo amor por algo. Inevitablemente pensaba en todas las personas que conocí en cineclubes, en disquerías, en las tardes enteras escuchando música en Notorious, jazz, bossa, folclore, músicas del mundo, intercambios con expertos o meros apasionados, curiosos, melómanos una fauna bien variada de gente, que nos comunicábamos, compartíamos algo concreto, y de ahí se abrían mil mundos, charlas, citas, garches, amigos, recitales, más música. También pasaba así con liberarte, esa joyita un